viernes, 29 de enero de 2010

Un cortado sin leche

I

Hoy no hay cortadito,
no hay café en mi mañana,
no hay leche que corte de la negrura de mi sentir,
siento un vacío que nadie puede suplir,
oscuridad la que siento, fantasmal sentir,
entre telarañas y polvo vivo,
mi suelo esta seco, no hay fertilidad,
solo semillas que gritan e imploran al agua del cielo que no ven llorar,
sapos y culebras, andan por ahí merodeando,
entre enredaderas y espinas voy mutilando,
el sentir que no siente, que no vive,
un vacío que nadie puede llenar,
oscuridad la que domina, un instante,
entre posos y ecos ahí vivo,
vivir sin vivir solo fingir.

II
En la borra de la oscuridad sigo esperándote,
no hay melasa que endulce la amargura,
impaciente la palabra, paciencia ninguna,
si no has de colar no me jures la aventura.

Tinta de la negra que baja por la garganta,
grueso sabor que sumergen en mis entrañas,
ácido sentir, toda una falacia,
me hiciste saborear para luego arrancar como prostituto de la noche robando ansias.

III

Y la mancha del tinto negro moldeo mi porcelana,
ahí, puro espejismo de mi nostalgia,
sombras, formas, siluetas, fantasmas,
un todo, un nada, lo que fuiste y representaste,
un mequetrefe que jugo con mi taza,
para que? para nada, te apiadaste de mi sed y llenaste la tuya,
una vez te saciaste te esfumaste y rompiste la mía,
ahora no tengo donde saciar mi café, no hay taza,
solo manchas en la servilleta de mis mañanas.

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