El río ensangrentó la vereda,
un retumbe de mortíferas colinas esfumó el sueño,
no había luz solo sombras, marcando lo aleatorio,
el barrunto dictaminaba la salida del alba,
pena, penita, pena exclamó el Yagrumo por la jaiba,
y preguntó; ¿ dónde queda el pico que marca el norte?
Un puto silencio acompañó el eco,
retumbó desde Vieques a Cayey…
El Pitirre le silbó al Coquí mientras dormitaba en un Moriviví;
“canta, canta, que lo tuyo ha de venir”
Se hace la luz vestidita de neblina,
se levanta la Doncella despatriada con aires de vida,
heme aquí ondeando la Monoestrellada y exclamaba
“canta tú que te hacemos coro”
“píntame la vida con decoro”
“ no le temas a encontrar tesoro”
“en las aguas tenues la sangre estriba oro”
El Agueybana se arropó en la bandera,
esa que desconocía pero que le inspiró alegría
“bendita es mi tierra Borikén la mas bella la mas rica”
