sábado, 20 de abril de 2013

Agonías Nocturnas

Entre letras e imágenes aformes voy desplazando un sentir, se siente la humedad de aquello que es y no es, que descansa y habita, que corre y gatea, no tiene forma, no tiene ojos ni boca.

 Es una nébula gaseosa que transpira un no sé que, un tal para cual, un "ay bendito" y de rodillas me puse y canté un padre nuestro y mil avemarías, y nadie bajo del cielo y Yo aquí inmutada a la nada y al todo.

 A distancia se escuchó el respirar de un toro con recelo, me miro a los ojos, su niña del ojo estaba vestida de sangre y la nariz botando humo. Se me acercó y me olfateo, sintió mi temor, y de pensamiento me habló

"no temas ya ha de finalizar la agonía"

Me rendí y con su cuerno izquierdo atravesó mi corazón, ni una gota de sangre se derramó ni un lamento se escuchó.

 En un suspiro me levantó, y se sintió el aire puro y denso,
el cuerno cargaba el peso de mi cuerpo

y …

en la orilla del mar me depositó.