Varada

Cundiamores bordeado la marejada,
humedesco mis labios y tú en la nada,
que la brisa te arrope y te atrape en mis oleadas.

Perdida en un instante,
mirando lo incierto, a la deriva,
sin brujula,
no hay paisajes ni horizontes
solo el perfume y tu nombre.

La brisa salada desnuda mis sentidos,
las olas arropan mis ansias y recelos,
aún en espera, no llegas,
aquí varada esperando;
alocada.

La noche pinta mi sueño,
tu silueta a lo lejos,
olfateando tu presencia,
en un vaivén de recuerdos,
implorando por tus besos,
aquí muero.

Lúdico Placer

Letras alocadas invaden mi semblanza,
pura lujuria, van y vienen las andanzas,
carcomido el morbo, en un orgasmo infinito,
desplomada en yerba buena reviviendo la quimera.

Labios como las fresas silvestres,
carnosos, rojos y semi-dulces,
me pierdo y me encuentro,
juego con ellos y gozo de mordiscos,
depositando la furia...

Desnudarme y bañarme en tu aliento
para luego acurrucarme y ahí flagelarme

Saciarme y deleitarme de tu sangre,
así… aprisionada, aprisionarte,
un deleite bacanal.

Que me quiebres por demás.

Lengua en lúdico placer,
pintando cada pulgada de vestidura carnal,
dedos sin huellas perecen de tanto palpar.

Una melodía afónica,
un soneto cojo,
suspiros y gemidos dictan el ritmo,
recitando vocales y una ramera consonante.

De rodillas implorando y rezando a los santos,
un galope brusco y alocado,
toque de queda que sonsonea,
al compás de la trompetas,
una nota con ecos que retumban las fronteras.

Desplomando mis demonios,
seducción de mis pecados,
vas conmigo implorando
que se derroche lo maldito y necesario.

Fundidos en un lamento,
quemados piel con piel,
labios secos y cuerpos húmedos,
bañados en sudor pecaminoso,
por un lúdico y maltrecho camino de placer,
me quemo y con gusto otra vez.

Entumecida

Cansancio mental que abruma,
agotamiento del cuerpo que arropa,
párpados caídos y pupila reseca,
falta de aliento y sin quimeras...

cuerpo desgastado,
corazón afligido,
en un desván dejando mis sentidos,
morando y mutando en aires,
esos que se van esfumando,
mero y maltrecho desgarre...

una piedra lisa y hueca,
donde todo resbala y nada suena,
no está esculpida por manos empeñadas en crecimiento,
están salpicadas en lamentos,
mentes a la deriva,
un peñisco giratorio que no asienta
y no hay jolgorio, pa' que mirar si no hay vista,
solo pasitos a pies de hormiga...