viernes, 29 de enero de 2010

La Ninfa y el Bardo ( una 6ta)

I

En un bosque de pétalos,
perdida, buscando y rebuscando,
rosas y margaritas marcan el paso,
meciéndome, en tu columpio, tu enredadera,
mi cuerpo balanceándose en tu mirada,
con fuerza en un compás armónico,
cabellos negros rozándote,
labios pálidos silbándote,
tu fuerza me corrompe,
fragilidad que se hace neblina,
el rocío mañanero nos moja,
vestidos por la tierra,
convulsiones y matices,
pasionales encuentros,
margaritas y rosas acurrucando el deseo.

la ninfa y el bardo moldean las siluetas,
entre barro, hojas y raíces nace la espera.

II

Figura esculpida en el prado,
esperando por el beso que levante el hechizo,
que suavice el mármol y florezca el nicho,
en espera del bardo, en el bosque, en el paraíso,
y llego el hada, con destellos y brios,
con melodía en su voz dijo:

Sueña mi ninfa,
el bardo aun no llega,
tu corazón de mármol latirá con galope sin parar,
y la piedra se disolverá, a flor de piel amarás,
como el viento llegará, y en su brisa despertarás
aquí te dejo, en tu tiempo sin reloj,
pronto las manecillas cantarán al paso del amor,
en pausa sigues, con dulce pasión,
el bardo llega en un soplo corazón.

Y aun la agonía, el viento no sopla,
la brisa no llega, el tiempo frisado,
paréntesis, paréntesis, en el prado.

III

Con la fuerza del viento se avista,
unicornio blanco haciendo entrada,
con el soplo de la vida el bardo montado,
no esta solo, con su sequito de minotauros anda galopando,
observan desde la lejanía, guardan distancia y a la expectativa,
al bardo protegen de cualquier brujería, esta es de amor y no hay ejercito que lo impida.

La ninfa le grita en silencio, eco en su piedra, sabe que no le escucha,
aun así le suplica: bésame de una vez y por todas devuélveme la vida,
el bardo la observa, la va bordeando,
se acerca con cautela así hechizado, atraído por su rudeza y suavidad,
no sabe si partir o idolatrar la belleza que le domina,
y la ninfa vuelve y le grita: bésame, devuélveme la vida,
el clamor viaja por el aire y penetra la mente alocada del bardo,
un beso, solo uno, lo suficiente para romper el hechizo,
y el corazón de piedra late en vida.

IV

El beso selló el pacto…
La ninfa sumergida en letras…

Y mis labios saborearon la caña,
y mi cuerpo sintió la energía,
pero mi mente, mi mente, se ahogo en letras,
podía recitar todos sus poemas,
mente fusionada en él,
letras marcaban el paso,
una manía, un delirio, pura demencia,
letras y letras girando, no paran de girar,
sensación desconocida, puro manjar,
siento su vida, vivo junto ha él,
sus letras son todo, amor y agonía, juntas y separadas,
en ellas me baño y duermo también,
poesía domina y me llena de placer,
ante ella me desnudo, tengo hambre y sed.

V

Se acerca el soplo…

Bardo enloquecido, misterio que lo enreda,
cautivo, belleza que abruma y penetra,
besos de mármol y toques de seda,
Ninfa, dormita en una loca manía,
ahogada en letras y melodías que abruman la esencia.

Un desenlace a medias, aún no se compenetran,
luminoso encuentro pero aún falto de calor y de quimera,
se miran y se tocan de lejos, se sienten sin palpar,
desean ser uno y pulverizar.

Ansias se acortan, temible tempestad,
que ha de suceder en esta fantasía octagonal,
como péndulo en movimiento así van moldeando,
en el prado caminando sin prisa y plena libertad.

Soplo de la vida, ahí se unirán, serán uno,
ha de llegar el momento crucial…

VI

Y el momento llegó y la Ninfa sintió…

Y tome tus manos y me acurruque en ellas,
y sentí tu ansiedad de tenerme cerca,
a la luz de la luna cruzamos miradas,
olfatee tu aroma de bardo y hechicero,
sangramos el vino, cosecha del 97,
reserva del alma que no fermenta,
aunque tiene vejez apenas gatea,
y tome tus manos y me acurruque en ellas,
sentí tu calor desnuda ante tu presencia.

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