viernes, 29 de enero de 2010

Mendingando, a la luz de la luna…

Entre polvo y regueros nos miramos por dentro,
una cama llena de ácaros cantaron la gloria,
como vagabundos y nómadas por el mundo,
mendingando, a la luz de la luna, una maniobra.

Música de balcón, unas cursis otras melodiosas,
al son de los muelles nos quitamos la ropa,
besos alocados, mordiscos y desesperados,
mendingando, a la luz de la luna, nos desgarramos.

Con tus manos finas y delicadas palpaste mi cuerpo,
tus labios besaron, lamieron y mordieron mis pechos,
mis manos palparon tu hombría logrando placer,
mendingando, a la luz de la luna, sangro mi ser.

En un ritmo armónico melodioso poético y en pleno rugimos por dentro,
no una si no dos en el mismo compás, galopando al ritmo del nunca jamás,
sude la última gota, sacie lo insaciable,
mendingando, a la luz de la luna, aún espero por el próximo encuentro.

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