viernes, 29 de enero de 2010

Dormida en tu arrullo

En un instante, en un segundo,
así dormida en tu arrullo,
mi cuerpo sobre tu brisa,
mi alma rodeando tu colmena,
contemplando mi esencia,
mis pecados, mi sospechas.

Que depara el mundo,
intransigente, inequívoco,
reseco, quebrado, sumiso,
un oasis sin líquido,
desierto frívolo,
aún dormida en tu arrullo,
sin aliento, apenas respiro,
me cargas y aún sigo.

Luna llena, el rocío llega,
lágrimas, madre naturaleza,
selva aullando, silbido lejano,
silencio, silenciar, zumbidos nada más.

Así en tu arrullo, el renacer espera,
inequívocas penumbras del silente despertar,
por ahí anda la muerte, buscando a quien atizar.

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