El viento le soplaba a la razón las circunstancias de la bendita libertad
que andaba amarrada del palo de algarroba por dís que no ser digna de salir a jugar,
mientras el moriviví le cantaba a las palmeras mil y un versitos encomiando valentía por falta de entendimiento; un desgarre nada mas.
Un miserable lamento se cruzaba…
Mas abajo corría la agonía riendo a carcajadas
y llena de hipocresía no sabía ni pa' donde mirar.
Cabizbaja se reía, realmente no deseaba llorar
ante el subyugo de la gran mentira que no dejaba
desarrollar a la señorita libertad,
esa que está maltrecha por falta de quien le ayude a respirar…
¿Ay mamá, pa' ónde cojo?
es que esto no tiene norte,
solo una melcocha de Guarapo
y está mas salaó que un bacalao…
ahí te lo dejo...
El guarapo es delicioso
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